Habéis dicho que el Señor Jesús ya ha venido, pero no lo creemos. Hemos tenido fe en el Señor durante muchos años y siempre nos hemos esforzado incansablemente por Él. Cuando el Señor venga debería revelárnoslo a nosotros en primer lugar. Como Él no nos lo ha revelado, eso muestra que no ha regresado. ¿Qué hay de equivocado en esta creencia?
Versículos bíblicos como referencia:
“¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que no vieron, y sin embargo creyeron” (Juan 20:29).
“Por tanto, velad, porque no sabéis en qué día vuestro Señor viene. […] Por eso, también vosotros estad preparados, porque a la hora que no pensáis vendrá el Hijo del Hombre” (Mateo 24:42-44).
“Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3).
“Pero a medianoche se oyó un clamor: ‘¡Aquí está el novio! Salid a recibirlo’” (Mateo 25:6).
“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20).
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27).
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:7).
Las palabras relevantes de Dios:
La obra de Dios sigue avanzando, y aunque el propósito de Su obra permanece inalterable, los medios por los cuales Él obra cambian continuamente y, de este modo, también los que siguen a Dios. Cuanto más obra Dios, más exhaustivamente llega el hombre a conocer a Dios y su carácter cambia en consecuencia junto con Su obra. Sin embargo, es debido a que la obra de Dios siempre cambia, los que no conocen la obra del Espíritu Santo y esos hombres absurdos que no conocen la verdad, se convierten en oponentes de Dios. La obra de Dios nunca se conforma a las nociones del hombre, porque Su obra siempre es nueva y nunca vieja. Él nunca repite obra antigua, sino que sigue adelante con una obra nunca realizada anteriormente. Como Dios no repite Su obra y el hombre la juzga invariablemente en base a Su obra del pasado, es extremadamente difícil llevar a cabo cada etapa de la obra de la nueva era. ¡El hombre presenta demasiados impedimentos! ¡El pensamiento del hombre es demasiado rígido! Ningún hombre conoce la obra de Dios, pero todos la definen. Lejos de Dios, el hombre pierde la vida, la verdad y las bendiciones de Dios, pero él no acepta la vida ni la verdad ni, mucho menos, las grandes bendiciones que Dios concede a la humanidad. Todos los hombres desean obtener a Dios, pero son incapaces de tolerar algún cambio en Su obra. Los que no aceptan la nueva obra de Dios creen que esta es inmutable y que por siempre permanece estancada. En su creencia, todo lo que se necesita para obtener la salvación eterna de Dios es guardar la ley, y en tanto se arrepientan y confiesen sus pecados, el corazón de Dios estará satisfecho para siempre. Opinan que Dios sólo puede ser el Dios bajo la ley y el Dios que fue clavado en la cruz por el hombre; piensan asimismo, que Dios no debe y no puede sobrepasar la Biblia. Son precisamente estas opiniones las que los han encadenado firmemente a la antigua ley y los han mantenido restringidos por rígidas regulaciones. Además, muchos más creen que cualquiera que sea la nueva obra de Dios, esta debe corroborarse con profecías y que, en cada etapa de esa obra, todos los que lo siguen con un corazón sincero también deben recibir revelaciones, o de lo contrario esa obra podría no ser de Dios. Ya no es una tarea fácil que el hombre llegue a conocer a Dios. Sumado a su absurdo corazón y a su naturaleza rebelde de prepotencia y engreimiento, entonces le resulta aún más difícil aceptar la nueva obra de Dios. El hombre no la estudia con detenimiento ni la acepta con humildad, sino que adopta una actitud de desprecio, esperando las revelaciones y la guía de Dios. ¿Acaso no es esta la conducta de un hombre que se rebela contra Dios y se opone a Él? ¿Cómo pueden obtener esos hombres la aprobación de Dios?
Extracto de ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”
El gran libro de profecía de Isaías en el Antiguo Testamento nunca mencionó que un niño llamado Jesús fuera a nacer en la era del Nuevo Testamento, sino simplemente que un niño varón nacería con el nombre de Emanuel. ¿Por qué no especificó el nombre de Jesús? En ninguna parte del Antiguo Testamento aparece este nombre, así que ¿por qué sigues, entonces, creyendo en Jesús? ¿Seguro que no viste a Jesús con tus propios ojos antes de llegar a creer en Él? ¿O empezaste a creer tras recibir una revelación? ¿Te mostraría realmente Dios tal gracia? ¿Te concedería esa gran bendición? ¿Sobre qué base crees en Jesús? ¿Por qué no crees, entonces, que Dios se ha hecho carne en este día? ¿Por qué dices que la ausencia de una revelación a ti por parte de Dios demuestra que Él no se ha hecho carne? ¿Debe decirle Dios al hombre antes de comenzar Su obra? ¿Debe Él recibir primero la aprobación del hombre? Isaías sólo proclamó que un niño varón nacería en un pesebre, pero nunca profetizó que María daría a luz a Jesús. ¿Por qué crees, entonces, en Jesús, a quien María dio a luz? ¡Desde luego, lo crees sin ninguna duda ni confusión! […]
Los judíos de la época leían todos el Antiguo Testamento y conocían la profecía de Isaías de que un niño varón nacería en un pesebre. ¿Por qué, entonces, con este conocimiento, siguieron persiguiendo a Jesús? ¿No fue por su naturaleza rebelde y su ignorancia de la obra del Espíritu Santo? En esa época, los fariseos creían que la obra de Jesús era diferente de lo que sabían sobre el niño varón profetizado; el hombre actual rechaza a Dios porque la obra del Dios encarnado no se conforma a la Biblia. ¿Acaso no es la esencia de su rebeldía contra Dios la misma? ¿Puedes ser tal que aceptes sin ninguna duda toda la obra del Espíritu Santo? Si es la obra del Espíritu Santo, entonces es la corriente correcta. Debes aceptarla sin el más mínimo recelo, en lugar de andarte con remilgos y escoger qué aceptar. Si adquieres algún conocimiento de Dios y ejerces alguna precaución en Su contra, ¿acaso no es este un acto verdaderamente superfluo? Lo que debes hacer es aceptar, sin la necesidad de más justificación de la Biblia, cualquier obra mientras esta sea del Espíritu Santo, porque crees en Dios para seguirlo, no para investigarlo. No debes buscar más pruebas para que Yo muestre que soy tu Dios. En su lugar, debes discernir si Yo soy beneficioso para ti; esa es la clave.
Extracto de ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”
Ya que el hombre cree en Dios, debe seguir muy de cerca las pisadas de Dios, paso a paso, debe “seguir al Cordero dondequiera que vaya”. Sólo estas son las personas que buscan el camino verdadero, sólo ellas son las que conocen la obra del Espíritu Santo. Las personas que de un modo servil siguen las letras y las doctrinas son las que la obra del Espíritu Santo ha eliminado. En cada periodo de tiempo, Dios comenzará una nueva obra, y en cada periodo habrá un nuevo comienzo entre los hombres. Si el hombre sólo acata las verdades de que “Jehová es Dios” y “Jesús es Cristo”, que son verdades que sólo se aplican a una era, entonces el hombre nunca mantendrá el paso con la obra del Espíritu Santo y nunca podrá obtener la obra del Espíritu Santo. Independientemente de qué haga Dios, el hombre lo sigue sin la más mínima duda, y lo sigue de cerca. De esta manera, ¿cómo puede el hombre ser eliminado por el Espíritu Santo? Independientemente de lo que haga Dios, en tanto que el hombre esté seguro que es la obra del Espíritu Santo, y coopere con la obra del Espíritu Santo sin recelo, y trate de cumplir con las exigencias de Dios, entonces, ¿cómo podría ser castigado? La obra de Dios nunca ha cesado, Sus pisadas nunca se han detenido, y antes del término de Su obra de gestión, siempre ha estado ocupado y nunca para. Pero el hombre es diferente: al haber obtenido sólo un mínimo de la obra del Espíritu Santo, la trata como si nunca cambiara; al haber obtenido un poco de conocimiento, no avanza para seguir las pisadas de la obra más nueva de Dios; al haber visto sólo un poco de la obra de Dios, de inmediato prescribe a Dios como una figura de madera en particular y cree que Dios siempre permanecerá en esta forma que ve delante de él, que fue así en el pasado y que siempre será así en el futuro; al haber obtenido sólo un conocimiento superficial, el hombre está tan orgulloso que se olvida de sí mismo y comienza a proclamar desenfrenadamente un carácter y un ser de Dios que simplemente no existen; y al tener la certeza de una etapa de la obra del Espíritu Santo, sin importar qué clase de persona sea la que proclame la nueva obra de Dios, el hombre no la acepta. Estas son personas que no pueden aceptar la nueva obra del Espíritu Santo; son demasiado conservadoras e incapaces de aceptar cosas nuevas. Esas personas son las que creen en Dios pero que también lo rechazan. El hombre cree que los israelitas estaban equivocados por “sólo creer en Jehová pero no creer en Jesús”, pero la mayoría de las personas desempeñan un papel en el que “sólo creen en Jehová y rechazan a Jesús”, y “anhelan el regreso del Mesías pero se oponen al Mesías que se llama Jesús”. No es de extrañar, entonces, que las personas sigan viviendo bajo el campo de acción de Satanás después de aceptar una etapa de la obra del Espíritu Santo y todavía sigan sin recibir las bendiciones de Dios. ¿No es esto el resultado de la rebelión del hombre? Los cristianos alrededor del mundo que no han mantenido el paso con la nueva obra de la actualidad, todos se aferran a la creencia de que ellos son los afortunados, que Dios cumplirá cada uno de sus deseos. Pero no pueden decir con certeza por qué Dios los llevará al tercer cielo ni tampoco están seguros de cómo vendrá Jesús para recogerlos cuando venga en una nube blanca, mucho menos pueden decir con absoluta certeza si Jesús realmente llegará en una nube blanca en el día que se imaginan. Todos están ansiosos y muy confundidos; ellos mismos ni siquiera saben si Dios arrebatará a cada uno de ellos, la diversidad de pequeños puñados de personas que vienen de toda denominación. La obra que Dios realiza ahora, la era presente, la voluntad de Dios, no entienden nada de esto y no pueden hacer nada sino contar los días con sus dedos. Sólo los que siguen las pisadas del Cordero hasta el final pueden obtener la bendición final, mientras que esas “personas listas”, que no son capaces de seguir hasta el final pero creen que han ganado todo, no pueden ser testigos de la aparición de Dios. Todos creen que son la persona más lista en la tierra e interrumpen el desarrollo continuo de la obra de Dios sin ninguna razón en absoluto, y parecen creer con absoluta certeza que Dios los llevará al cielo, ellos que “tienen la mayor lealtad a Dios, que siguen a Dios y acatan las palabras de Dios”. Aunque tengan la “mayor lealtad” hacia las palabras que Dios habla, sus palabras y acciones se siguen sintiendo tan repugnantes porque se oponen a la obra del Espíritu Santo y andan con astucia y cometen el mal. Los que no siguen hasta el final, que no mantienen el paso con la obra del Espíritu Santo, y que sólo se aferran a la antigua obra, no sólo han fallado en lograr la lealtad a Dios sino que, por el contrario, se han vuelto los que se oponen a Dios, se han vuelto los que la nueva era rechaza y que serán castigados. ¿Hay alguien más digno de compasión que ellos?
Extracto de ‘La obra de Dios y la práctica del hombre’ en “La Palabra manifestada en carne”
El Señor Jesús dijo: “Tomás, crees porque me has visto; benditos los que no han visto pero aun así creen”.* Estas palabras implican que ya ha sido condenado por el Señor Jesús. Esto no tiene nada que ver con ser bendecido o no. Significa que si no crees, no recibirás nada; sólo recibirás si crees. ¿Únicamente puedes creer en algo si Dios te lo muestra personalmente, te permite verlo y te convence? Como ser humano, ¿qué cualificaciones tienes para pedirle a Dios que se te aparezca de manera personal? ¿Qué cualificaciones tienes para hacer que Dios le hable personalmente a un ser humano corrupto como tú? ¿Y qué cualificaciones tienes para necesitar que Dios te explique todo con claridad antes de que creas? Si eres racional, creerás después de ver estas palabras que dijo Dios. Si de verdad tienes fe, no importa lo que Dios haga o diga. En su lugar, creerás al cien por cien que Dios lo dijo o lo hizo, al ver que estas palabras son la verdad, e indudablemente ya estarás preparado para seguir a Dios hasta el final. No tienes que dudarlo.
Extracto de ‘Sólo conociendo tus opiniones equivocadas puedes conocerte a ti mismo’ en “Registros de las pláticas de Cristo”
Ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida. Mientras buscabais las huellas de Dios, ignorasteis las palabras que dicen que “Dios es la verdad, el camino y la vida”. Y es que, cuando muchas personas reciben la verdad, no creen que han encontrado las huellas de Dios y mucho menos reconocen la aparición de Dios. ¡Qué error tan grave es ese! La aparición de Dios no se puede reconciliar con las nociones del hombre; mucho menos puede Dios aparecer por órdenes del hombre. Dios hace Sus propias elecciones y tiene Sus propios planes cuando hace Su obra; más aún, Él tiene Sus propios objetivos y Sus propios métodos. No es necesario que Él discuta con el hombre la obra que Él hace, ni que busque el consejo del hombre, ni mucho menos que les notifique de Su obra a cada una de las personas. Este es el carácter de Dios y, además, todos lo deben reconocer. Si queréis presenciar la aparición de Dios, si queréis seguir las huellas de Dios, entonces debéis primero trascender vuestras propias nociones. No debes demandar que Dios haga esto o aquello; mucho menos debes colocarlo dentro de tus propios confines y limitarlo a tus propias nociones. En cambio, debéis preguntar cómo debéis buscar las huellas de Dios, cómo debéis aceptar la aparición de Dios, y cómo os debéis someter a la nueva obra de Dios; eso es lo que el hombre debe hacer. Siendo que el hombre no es la verdad, y que no posee la verdad, el hombre debe buscar, aceptar y obedecer.
Extracto de ‘La aparición de Dios ha traído una nueva época’ en “La Palabra manifestada en carne”
“El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.* ¿Habéis oído ahora las palabras del Espíritu Santo? Las palabras de Dios han venido sobre vosotros. ¿Las oís? Dios realiza la obra de la palabra en los últimos días y tales palabras son las del Espíritu Santo, porque Dios es el Espíritu Santo y también puede hacerse carne; por tanto, las palabras del Espíritu Santo, tal como se hablaron en el pasado, son las palabras del Dios encarnado hoy. Hay muchos hombres absurdos que creen que las palabras del Espíritu Santo deberían descender de los cielos a los oídos del hombre. Cualquiera que piense de esta forma no conoce la obra de Dios. En verdad, las declaraciones habladas por el Espíritu Santo son las habladas por Dios hecho carne. El Espíritu Santo no puede hablar directamente al hombre, y Jehová tampoco habló directamente a todo el pueblo, ni siquiera en la Era de la Ley. ¿Acaso no sería bastante menos probable que lo hiciera en esta era actual? Para que Dios haga declaraciones para llevar a cabo la obra, Él debe hacerse carne, o de lo contrario Su obra no conseguirá Su objetivo. Los que rechazan a Dios hecho carne son los que no conocen el Espíritu ni los principios por los que Dios obra. Los que creen que ahora es la era del Espíritu Santo, pero no aceptan Su nueva obra, son aquellos que viven en una fe vaga. Ese tipo de hombres nunca recibirá la obra del Espíritu Santo. Los que sólo desean que el Espíritu Santo hable y realice Su obra directamente, pero no aceptan las palabras o la obra del Dios encarnado, ¡nunca serán capaces de entrar en la nueva era ni de recibir la salvación completa de Dios!
Extracto de ‘¿Cómo puede el hombre que ha definido a Dios en sus conceptos recibir Sus revelaciones?’ en “La Palabra manifestada en carne”
Con respecto a la profecía del regreso del Señor, la Biblia dice: “[...] si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti” (Apocalipsis 3:3). El Señor Jesús usó la parábola para indicar que vendría como ladrón en la noche, es decir que vendrá silenciosamente en secreto. Entonces, ¿cómo podemos reconocer al Señor cuando venga en secreto? Bienvenido a hacer clic en el enlace WhatsApp para comunicarse y discutir con nosotros, y busquemos el misterio de la venida del Señor juntos.
Some quotations taken from LBLA. Copyright by The Lockman Foundation.
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